Fernando Da Fré, el hombre detrás de la Arístides

Es el dueño de la empresa que ejecuta una de las obras más visibles: el paseo Arístides Villanueva. Asegura que cambiará la Ciudad. Su historia y proyectos.


De todas las obras que se ejecutan en la Ciudad hay una que ha generado intriga y controversias de manera particular: la remodelación de la calle Arístides Villanueva para convertirla en un paseo comercial y recreativo. El hombre detrás de esa obra, que implica un cambio urbano radical, es Fernando Da Fré. Tiene 38 años, se recibió de ingeniero en Francia y en la UNCuyo y hace 7 años creó una empresa constructora que hoy se especializa en obras urbanas.


Al recorrer la obra, que se ejecuta sin cortar la calle, Da Fré es optimista y le hace frente a las dudas que puede generar: “La obra va bien, vamos a terminar a tiempo y la gente la va a disfrutar. Me imagino tomando algo en la Arístides con mis amigos”, dice el joven empresario. Las dos primeras cuadras ya están casi listas y allí se puede ver parte de la estética que tendrá: vereda y calle al mismo nivel, servicios soterrados y varios detalles estéticos que la diferencian de otras arterias de la ciudad, como las esquinas “ensanchadas”. “Es algo muy común en Europa”, explica. Pero el principal modelo que parecen haber tomado desde la Municipalidad de Mendoza es la Ciudad de Buenos Aires, donde hay varias obras similares incluso algunas de ellas ejecutadas por la misma empresa.


 



La obra tiene mucha complejidad porque, justamente, es una zona de uso intensivo aún mientras los trabajos se ejecutan. Allí Da Fré asegura haber encontrado una oportunidad. “Nos especializamos en obras urbanas. Calles, parques, veredas. Hemos hecho mucha obra urbana. La obra urbana tiene una mezcla de ingeniería y arquitectura por el diseño. Además hay complicaciones extra que tenés el público que la usa mientras hacés el trabajo. Tenemos mucho respeto con la población que la usa. Es más complejo y hemos encontrado ese nicho del mercado. Muchas empresas le escapan por la complejidad, pero a mí me gusta ese desafío. Le tienen mucho miedo. A nosotros nos gusta”, asegura.


Los primeros pasos no fueron sencillos y tuvieron que cambiar los planes. “En lo operativo es complicado. Yo me cuestioné a mí mismo cuando tuve que pasar y habíamos cortado la calle. Lo más complicado de la obra fue el soterramiento de los servicios. Fue muy complejo al principio. Las cloacas pasan por la vereda, hay red de gas de baja y de alta presión, empresas de telefonía”, explicó. Incluso en muchos casos lo que hallaban bajo la tierra no coincide con los planos. Entonces al avanzar deben hacer un “cateo” para evitar daños mayores. “A pesar de los contratiemos estamos en lo previsto. Hicimos un cambio de paradigma de la obra. Primero se había pensado cortar y ejecutar. Accedimos al pedido de los vecinos porque se demoraba y cambiamos la forma de trabajo. Hicimos un nuevo plan para adecuarnos”, dijo Fernando Da Fré.


Los inicios

La empresa la fundó en 2010, tras hacer los primeros pasos en la firma de su padre. Igual aclara. “Empecé desde cero. Antes fui subcontratista, pero quería hacer mi propio camino. Al principio era el ingeniero, el dueño y el fletero de la empresa”, recuerda.


Hoy tiene casi 300 empleados y varias obras. Además de la Arístides, en Mendoza ejecuta la remodelación de Paso de los Andes, en Godoy  Cruz, el Parque O’Higgins y obras privadas para le empresa Natania. En Buenos Aires tiene a su cargo el Área Ambiental Retiro y Avenida Avellaneda, en Floresta.


Una de las claves que Da Fré destaca es el cambio en los paradigmas de la construcción: asegura que muchas veces se maneja como un trabajo artesanal más que como una industria. Por eso, el año pasado desarrollaron un sistema de gestión que permite una trazabilidad en todo el proceso. “Me di cuenta que las obras podían ser mucho más rentables si uno optimiza los procesos. Si uno ve la obra más como una industria que como un trabajo artesanal.  Optimizar procesos; pensar la obra más profesionalmente. En Mendoza la obra tiene que dar un salto de calidad. En Buenos Aires esa dinámica está más aceitada;  desde la mano de obra hasta las cuestiones empresariales. Hay mucho para aprender”, asegura.



El 2016 fue un año complicado. “En 2015 tuvimos mucho trabajo y el año pasado hubo una baja. Entonces lo aprovechamos para profesionalizar la empresa. Desarrollamos un sistema de gestión, desde la nota de pedidos de materiales de la obra hasta el flujo de fondos proyectados. Lo hicimos a medida. Y a su vez estamos metidos en un proceso de certificación de calidad. Esto es mejor para todos.  Logra bajar costos y precios. No vendemos un producto, sino también un servicio”, asegura Da Fré. En ese cambio de paradigma también propone modificar la forma de relacionarse con el Estado. “No solamente ponemos toda la responsabilidad al Estado sino aportar a la obra. Antes estaba la idea de ver al cliente o al Estado como un enemigo; nosotros tratamos de verlo como un todo. El Estado somos todos ”, asegura.


Da Fré dice sentirse parte de una nueva generación en la industria, pero donde no todos asumen los mismos riesgos. “A mi me dan placer este tipo de obras por el desafío . Me gustan los desafíos”, argumenta el empresario.


La entrevista completa, en la edición de agosto de Área Tres.