Una mini ciudad para Loma Negra

La mendocina Cartellone está al frente de las obras de L´Amalí, en Olavarría, Provincia de Buenos Aires, un proyecto que elevará un 40% la capacidad de producción de la cementera.

Por Cecilia Zabala

La empresa mendocina José Cartellone está a punto de celebrar el final de una de las obras privadas más importantes de los últimos años, en la que participó con dos unidades de negocios. En concreto, se trata de la construcción de una nueva línea de producción de cemento en el predio de Loma Negra llamado "L'Amalí", su planta más importante situada en Olavarría, Provincia de Buenos Aires.

Es una verdadera "mini ciudad" en donde se estima una producción de 2,7 millones de toneladas anuales, 40% mayor que la capacidad de operación actual de la cementera.

Las obras de Loma Negra incluyeron la construcción de un horno de última generación, dos molinos verticales para la molienda de harina (polvo de piedra caliza) y de cemento; y un sistema completo de embolsado y palletizado. Esta compañía, controlada por el grupo brasileño Camargo Correa, tiene una participación de mercado argentino estimada en un 45% del total de la producción y comercialización de cemento en Argentina.

La participación de la mendocina José Cartellone Construcciones Civiles se da de la mano de la firma china Sinoma, quien ganó la licitación internacional y contrató a la empresa local a través de un contrato EPC, una especie de llave en mano para las obras civiles. Mientras que, para el montaje electromecánico, unas 24.000 toneladas de estructuras y equipos, Sinoma conformó una UTE con Cartellone Industrial, la pata electromecánica del Grupo.

"Iniciamos esta obra en octubre de 2018 y a principios de 2021 estaremos en una etapa de terminación sustancial. Es una obra que implicó más de dos millones de horas hombre de trabajo", explicó a Área Tres el ingeniero Pedro Palmes, gerente de proyectos de Cartellone Industrial, a cargo de la obra de L´Amalí II.

Cabe aclarar que, en la UTE con la firma china, los roles quedaron establecidos así: Sinoma puso los equipos y tecnologías, mientras que Cartellone desarrolló los sistemas necesarios para que la empresa china pudiera operar.

"Estamos ofreciendo calidad en Recursos Humanos, Calidad y Medio Ambiente, Seguridad Industrial. La función de Cartellone Industrial es la de ser interlocutor en lo formal. De esta obra nos quedó un equipo de personal con un entrenamiento superior", evaluó Palmes.

"Es una obra muy significativa para el grupo. Estamos en condiciones de salir a tomar una obra similar en cualquier parte del mundo", aseguró respecto a la importancia que significó este proyecto para la firma.

Mega inversión privada

La obra que convertirá a la planta de L´Amalí en una ciudad dentro de la ciudad bonaerense, no es una obra más. Es una mega obra para la que se invirtieron unos 350 millones de dólares, una cifra que muy pocos privados han desembolsado en el país en los últimos años.

Del total, 230 millones de dólares corresponden a la adquisición de equipamiento local, obra civil y montaje, entre otros, mientras que los 120 millones restantes se destinaron a la compra de implementos importados.

Mientras que las obras que comenzaron en 2018 incluyeron la construcción de un horno de última generación, dos molinos verticales para la molienda de harina y de cemento y un sistema completo de embolsado y palletizado.

"Podemos decir con seguridad que se trata de la obra privada más importante de la industria argentina de los últimos tiempos. Para Cartellone es una obra muy importante", destacó Palmes.

Mano de obra intensiva

Por su magnitud, la obra requirió gran cantidad de operarios de distintas áreas. "Tuvimos un pico de 1.500 personas trabajando, de los cuales 1.350 estaban jornalizados. Al principio de la obra se fueron contratando más de cien personas por mes: soldadores, fumistería (aislación térmica), montajistas, electricistas y otras especialidades. Se buscó gente en todo el país porque necesitábamos personas con experiencia en ciertas áreas", contó Palmes.

El reclutamiento y selección del personal no fue un tema menor en esta obra, ya que la precisión de ciertos trabajos exigió capacitación. "Tuvimos una parte de montajes especiales para los que se contó con supervisores chinos. Además, tuvimos a cargo todo el montaje electromecánico de una línea de fabricación: la planta de trituración primaria", agregó el Ingeniero Gerente de proyectos.

Esta línea incluye un proceso de muchas etapas, pasando por la trituración de la piedra a un tamaño de diez centímetros, luego llega por cinta transportadora a una trituradora secundaria que la muele a un tamaño de entre tres y cuatro centímetros. De allí es enviada a un domo de homogeneización donde se deposita la piedra y se hace una reserva.

El proceso continúa hasta una estación de proporcionalidad, donde se agregan otras piedras y minerales y por cinta trasportadora esa mezcla es enviada a un molino, donde se hace polvo. Posteriormente, llega a un precalentador de dimensiones enormes y de ahí al horno, una especie de cilindro muy largo que lleva la mezcla a más de 1.500 grados.

Así se produce el Clinker, que es la base del cemento. Esto se enfría y se forman pelotitas, a las que se agregan otros componentes, que son enviadas nuevamente por cinta transportadora a un molino cementero.

Luego, esa mezcla es enviada a una planta de despacho a granel y una planta de empaque, desde donde se traslada en camión o tren.

"Esperamos cerrar los trabajos que van desde la cantera hasta la producción de Clinker", proyectó el Palmes, mientras que para el resto, referido al montaje eléctrico, cortarían la cinta en marzo de 2021.

"Son trabajos que demandan muchas horas hombres, especialización. Es una obra muy grande e importante para nosotros", destacó.

Un año atípico

Si bien en un año atípico como fue el 2020, muchas empresas debieron redefinirse, readecuarse y adaptarse a un nuevo escenario; las proyecciones de Cartellone son claras de cara a lo que viene en este 2021.

"Nosotros también apuntamos fuertemente a la industria del petróleo y el gas. Esos son los objetivos del grupo y hacia dónde queremos ir. Un mercado clave es Vaca Muerta", destacó Pedro Palmes, gerente de proyectos de Cartellone Industrial.

En paralelo, sostuvo la importancia de la participación en diversos proyectos energéticos y mineros.