Construirán un edificio de 120 kilómetros de largo para 5 millones de personas

Arabia Saudita está tras los pasos de la construcción de dos edificios paralelos de hasta 487 metros de altura y 120 kilómetros de largo conectados por pasarelas. Todo, en medio del desierto.

Arabia Saudita está a pasos de construir dos rascacielos de 487 metros de altura y 120 kilómetros de largo conectando los edificios con dos pasarelas.

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Este proyecto llamado Mirror Line (Línea de Espejos en español) se construirá en el medio del desierto costero y montañoso arábigo. La construcción está basada en los planes del príncipe Mohammed bin Salman de crear una comunidad lineal.

Se cree que esta construcción podría valer 1 billón de dólares y tenga la capacidad para alojar hasta 5 millones de personas cuando esté completamente terminado.

Alguno de los lujos que tendrá este edificio gigante será un tren de alta velocidad que circulará por debajo de los edificios espejados. Además, contará con un proyecto de agricultura vertical para alimentar a las personas que vivan allí.

Por otra parte, para el entretenimiento habrá un estadio deportivo con 300 metros de altura y un puerto para yates disponible.

Sin embargo, algunas complicaciones giran en torno a este proyecto. Una de las dificultades es que por esa zona pasa la migración de millones de aves y atravesarán los rascacielos.

También, el proyecto del príncipe arábigo deberá construirse por etapas teniendo en cuenta su tamaño.

Los expertos estiman que el tiempo que tarda en crearse el Mirror Line será de 50 años aproximadamente.

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Arabia Saudita será el único país en el mundo en tener una estructura semejante, que no se parecería a nada en el mundo. Ya es un reto para los planificadores urbanos que lo están diseñando. Por ejemplo, se enfrentan a un plazo de finalización en 2030 impuesto por el plan de transformación nacional del príncipe y deben resolver muchas cuestiones, como la gestión de la migración de millones de aves a través de los corredores que cruzará la estructura.


Los diseños recuerdan a la era inmobiliaria de Dubai, antes de la crisis financiera mundial, una ciudad que el Príncipe Mohammed ha elogiado por la velocidad y la ambición de su desarrollo. El emirato construyó la torre más alta del mundo, con sus casi 823 metros, una isla de villas y apartamentos en forma de palmera y un archipiélago construido para asemejarse al mapa del mundo.

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