Arquitectura argentina, un recorrido por nuestros estilos e historia
Siguiendo el ritmo de su historia, cultura, entorno social y vaivenes económicos, la arquitectura argentina ha evolucionado desde los edificios coloniales, que datan de la época del arribo de los españoles, hasta las actuales estructuras contemporáneas, que se adaptan a la necesidad mundial de la innovación tecnológica y el cuidado del ambiente.
Una mirada al pasado, un repaso de la actualidad y la proyección al futuro, permiten tener una perspectiva más completa de una disciplina que se refleja en cada rincón del país a través de icónicas construcciones y diseños, tanto en espacios internos como externos.
Además, la variada y extensa geografía argentina ofrece un tentador abanico de estilos, que se adaptan a cada contexto y región.
Un viaje por la historia de la arquitectura en Argentina
Nacida con los asentamientos coloniales hasta las tendencias actuales, que incorporan tecnología y sostenibilidad, cada una de las etapas de la arquitectura argentina imprime un sello único digno de analizar. Por eso, la Revista Área Tres hace un repaso breve por cada una.
Primero, en sus orígenes, la combinación de los materiales y técnicas locales junto a la influencia importada de los colonizadores europeos crearon un estilo muy particular, que luego se fue adaptando a medida que el desarrollo histórico lo requería.
Luego llegaron los desafíos de un presente que pide innovación tecnológica, reducción del impacto ambiental, necesidad de preservar el patrimonio y una urbanización acelerada. Para ello, son los profesionales quienes tienen la misión de equilibrar en la balanza los orígenes y tradiciones, la funcionalidad, modernidad y el diseño para crear espacios que reflejan esa fina receta.
Paso a paso, etapa por etapa
Arquitectura colonial:
Es el primer paso de la arquitectura argentina y sienta los pilares sobre los que se sustenta la identidad urbanística y cultural del país. Esta fase va desde que los colonizadores españoles tocaron tierra nacional hasta la independencia.
Las edificaciones marcan la ideología religiosa, militar y civil de la época en un ideológicas y espirituales de la época en un cóctel que refleja la interacción de los extranjeros y las comunidades locales.
Las comunidades jesuíticas, fundamentalmente asentadas en la zona de Misiones, transmitían en su planificación urbana, "ingredientes" arquitectónicos con sello europeo junto a características de las culturas indígenas locales. De hecho, cada misión incluía una iglesia que representaba el corazón espiritual y social de la comunidad.
En torno a este templo, había almacenes, talleres y áreas residenciales. Además de sitios destinados a la ganadería y agricultura.
La Misión de San Ignacio Miní, por ejemplo, es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO.
Mientras tanto, la arquitectura civil colonial en ciudades como Buenos Aires o Córdoba, se adaptó a las necesidades comerciales, residenciales y administrativas que respondían al crecimiento de la sociedad.
Las edificaciones coloniales tenían como eje central un patio, lo que permitía optimizar la entrada de luz natural y la ventilación. En general el adobe era el material principal de estas casas, así como ladrillos cocidos, piedra y techos de tejas de arcilla roja.
También se podían ver galerías techadas alrededor de los patios. En el caso de la actual región de Cuyo, asimismo, los materiales eran más resistentes, como piedra y madera, y tenían chimeneas que aportan calor ante las temperaturas más bajas.
El Cabildo de Buenos Aires y la Catedral de Córdoba son dos de los ejemplos más representativos de este estilo.
Arquitectura del siglo XX
Hacia los inicios del siglo XX, la arquitectura argentina se vio influenciada por movimientos internacionales y formas de expresión, como el modernismo y el brutalismo.
El modernismo se afianzó en el país gracias a referentes de fuste, como Le Corbusier y Amancio Williams. Menos elementos decorativos, la utilización de líneas simples y el foco puesto en la funcionalidad eran algunas de las características.
En La Plata, La Casa Curutchet, representa uno de los edificios que referencian esta época. Innovación y tradición se juntan y equilibran para dar luz a esta construcción.
Por otro lado, estos edificios modernos estaban ligados a los cambios sociopolíticos, culturales, tecnológicos. Los espacios públicos, como parques, plazas y complejos habitacionales, transmitían la intención de sumar calidad de vida urbana a través del diseño.
De igual forma, la arquitectura brutalista en Argentina tuvo a Clorindo Testa como su principal referente. Se trata de un estilo que se distingue por transmitir sensación de grandeza mediante soluciones económicas y simples, que contemplan una meticulosa labor arquitectónica.
Los impresionantes diseños, la utilización de concreto y las formas sencillas pretendían poner en valor la funcionalidad de las estructuras.
La Biblioteca Nacional Mariano Moreno, de Buenos Aires; la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, de la ciudad de Córdoba, son dos de las construcciones más referenciales del brutalismo argentino.
Innovación y sostenibilidad en la arquitectura contemporánea
Durante las últimas décadas, la evolución de la arquitectura argentina se acopló a las tendencias mundiales sin sacar los pies de la tierra nacional y sus rasgos distintivos.
Los desafíos ambientales, tecnológicos y económicos son el termómetro y el mapa de ruta actuales, que suman nuevos materiales, más conciencia y tecnologías de vanguardia que se fusionan para transformar los paisajes urbanos y la calidad de vida de las personas.
En esa línea, el vidrio de alta eficiencia, las estructuras modulares o prefabricadas, que mejoran la aislación, reducen los costos y tiempos de construcción, marcan el paso en la arquitectura y el diseño.
Gracias a estos cambios, las construcciones no solo se tornan más sostenibles, funcionales y modernas, sino que permiten optimizar recursos, mejorar la eficiencia energética y generar espacios más iluminados.
La necesidad de abordar el cambio climático y de minimizar el impacto ambiental se puede ver en proyectos urbanos en zonas rurales, como respuesta al entorno y a los requerimientos de las comunidades que se encuentran fuera de las ciudades.