Japandi, wabi-sabi y hygge: bienestar y diseño para el alma
Lejos de la aceleración, la hiperconectividad y la ostentación, las tendencias en diseño de interiores apuntan a que los espacios personales se conviertan en un refugio de la vorágine diaria y aporten paz, calidez y sobriedad.
Por eso, los estilos nórdicos y orientales como japandi, minimalista, wabi-sabi, con su sobriedad y el hygge, con su calidez, tienen como objetivo convertir el hogar en una especie de santuario, un lugar para alcanzar la serenidad.
La fusión de estas filosofías de diseño es decorativa, pero también es una decisión arquitectónica enfocada en la comodidad, la autenticidad y la simpleza para mejorar la salud mental y la calidad de vida de sus habitantes. Entender el origen de cada estilo es fundamental para incorporarlas correctamente.
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Los tres ejes: filosofía y origen de la fusión
1. Japandi: match perfecto entre forma y funcionalidad
Se trata de la exitosa sociedad entre el minimalismo funcional escandinavo y la estética rural japonesa. Este diseño se enfoca en la durabilidad y la artesanía, dejando de lado los muebles efímeros.
El equilibrio y la funcionalidad son su principal filosofía y en interiores esto se refleja en líneas definidas, muebles bajos y una estricta ausencia de adornos superfluos, lo que da vida a una atmósfera ordenada y calma.
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2. Wabi-Sabi: la belleza en la imperfección
Con raíces japonesas, el wabi-sabi pone en valor lo fugaz, lo incompleto y lo imperfecto. Es una filosofía que rechaza enérgicamente la producción en masa y la perfección industrial estéril. Esto se traduce como autenticidad de los materiales y en la pátina del tiempo.
La arquitectura que se desarrolla bajo esta influencia usa materiales desgastados y sin tratar, como el lino arrugado, la madera sin pulir o las cerámicas hechas a mano. De hecho, el wabi-sabi cree que la belleza está en los elementos con historia y en la asimetría natural.
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3. Hygge: la Arquitectura de la comodidad
La palabra danesa hygge se traduce como un estado de ánimo de calidez, bienestar profundo y comodidad. En el diseño interior, su meta es dar vida a entornos acogedores y envolventes.
El hygge aporta suavidad a través de una iluminación cálida y tenue, la incorporación de texturas suaves como alfombras, lana gruesa y creación de rincones para la reunión, la lectura y la introspección.
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Cómo aplicar la fusión en el diseño
La clave para alcanzar la fusión es la moderación. Aunque minimalista y simple, debe ser cálido y acogedor.
Paleta de colores y materiales orgánicos
Los colores deben ser neutros y orgánicos, tomados directamente de la naturaleza:
Base: tonos tierra (crudos y beiges), grises suaves y blancos rotos son las estrellas de las paredes y elementos de gran tamaño (influencia japandi).
Acentos: el negro mate (de la estética japonesa en luminarias o marcos) o tonos profundos como verdes oscuros y terracotas se utilizan para dar calidez y profundidad (influencia hygge).
Respecto a los materiales, es esencial priorizar los que envejecen con dignidad: madera clara y cruda para muebles bajos; textiles gruesos como la lana y el algodón para el confort táctil y cerámica irregular para acentos.
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La iluminación: el factor hygge
La luz artificial tiene que ser cálida, por lo que se aconseja evitar la iluminación general y brillante.
En cambio, el diseño debe usar múltiples fuentes de luz baja (apliques de pared, lámparas de pie y velas) para crear "capas de luz" que ayuden a definir zonas y generen rincones íntimos, incrementando la sensación de bienestar.
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Simplicidad intencional
El filtro japandi indica que cada objeto debe tener un valor estético o una función. El toque wabi-sabi le da alma a esa simplicidad, ya que los muebles no necesitan ser nuevos, y las pequeñas imperfecciones son bienvenidas. Como resultado, se logra un hogar organizado que disminuye la carga mental, y se siente vivo y auténtico.





