El edificio del rencor: tiene un metro de ancho y se construyó por una pelea entre hermanos

Se encuentra en la ciudad de Beirut, en el Líbano. Tiene tres pisos y una privilegiada vista al mar Mediterráneo.

La pintoresca arquitectura de Beirut se destaca por la diversidad de pueblos, culturas y religiones que influyeron en ella. En la capital del Líbano se pueden encontrar templos antiguos, iglesias, mezquitas, castillos, palacios y museos, pero hay un edificio en particular que llama la atención de todos los turistas: tiene 14 metros de alto y ambientes con un ancho de 1 metro, característica que lo hace el edificio más angosto de toda la ciudad.

La llamativa construcción es conocida por los locales como "al-Ba`sa". Esta palabra árabe en inglés es el nombre por el cual se lo conoce entre los extranjeros: "The Grudge". En español se traduce, grosso modo, como "El Rencor", dejando entrever la naturaleza de su historia.

El edificio fue construido en un terreno de 120 metros cuadrados en 1954. Se encuentra en el exclusivo barrio de Manara, reconocido por su cercanía al Mediterráneo. En algunos ambientes el ancho de "The Grudge" alcanza los 4 metros.

Los ambientes más espaciosos del edificio tienen un ancho de 4 metros. (Foto: Sandra Rishani)

La leyenda que cuentan los locales habla de una disputa entre hermanos que surgió por la herencia del terreno donde se encuentra la construcción. La tierra fue divida en dos parcelas, pero una de ellas era más chica y estaba, en parte, reclamada por las autoridades de la ciudad para ser utilizada en el planeamiento de la infraestructura vial.

Ante el sentimiento de uno de los hombres de que estaba siendo desfavorecido en el reparto de la tierra, la idea de construir un edificio de tres pisos para taparle la vista del mar a su hermano no tardó en hacerse realidad. De esta manera, el dueño resentido logró afectar el valor de la construcción de su hermano.

La arquitecta de origen libanés Sandra Rishani, se dedicó en 2014 a investigar la historia de The Grudge, a raíz de una discusión que tuvo con su padre sobre la existencia del edificio. Sus descubrimientos quedaron registrados en un blog de arquitectura.

Rishani tenía pocas esperanzas de encontrar la construcción. La ciudad de Beirut atravesó un boom inmobiliario tras el final de la guerra del Líbano en la década del 80. Las construcciones de viviendas modernas llevaron a que cientos de edificios históricos fueran demolidos. Además, el gobierno de la ciudad promovía la creación de edificios más altos a través de una polémica ley de zonificación.

Afortunadamente la arquitecta logró detectar el edificio y pudo dar con la persona que actualmente la alquila: un mecánico que tiene su taller en la planta baja. Tras una breve charla, Rishani logró entrar al histórico inmueble para conocer su interior.

Cada piso está dividido en dos departamentos. El primero comienza en la parte más ancha con una cocina, seguida por una serie de habitaciones que, a medida que las paredes se van achicando, se hacen más angostas. Llega un momento en donde la circulación a través de los cuartos se torna dificultosa y el ambiente termina con un singular armario que tiene un ancho de 50 centímetros.

En el segundo piso la distribución de los ambientes es similar. La buena iluminación de los departamentos crea la ilusión de que se está en un lugar más amplio. La altura del techo y las grandes ventanas permiten que la luz ingrese a los sectores del edificio, ayudando a crear una sensación de amplitud.

Las ventanas de las habitaciones tienen vista al mar Mediterráneo y al edificio del otro hermano, que durante la visita de la arquitecta en 2014 funcionaba como una escuela alemana. Durante sus primeros años, la fachada estaba pintada de rosa, pero con los años el deterioro del inmueble afectó su color.

"El edificio solía ser hermoso, pero durante la guerra, se transformó en algo asqueroso. Un departamento se usó como un burdel y el resto fue ocupado por una familia extensa que buscaba refugio. En esos años era amarillento, nunca rosado. Recientemente fue pintado de rosa por las constructoras de terrenos cercanos, que quieren embellecer el entorno de sus proyectos millonarios ", declaró el mecánico que alquila a un bajo precio el edificio más angosto de Beirut.

The Grudge no tiene protección del gobierno a pesar de que se trate de un edificio histórico, pero Rishani cree que no será demolido por nuevos proyectos inmobiliarios. El terreno donde se encuentra es tan chico que no cumple con las reglamentaciones que regulan la construcción de nuevas torres. Los libaneses que viven en Beirut podrán seguir disfrutando del edificio que nació a partir del rencor de dos hermanos y tiene una pared que mide 1 metro de ancho.