El mercado inmobiliario en pausa: sin créditos hipotecarios, la compraventa no despega

Hoy apenas un 10% de las operaciones se realizan con financiamiento. El resto depende de compradores que cuentan con el capital completo.

Por Gerónimo Odriozola - Broker RE/MAX Roble


El mercado inmobiliario argentino atraviesa un momento de incertidumbre. Lo veo todos los días en las conversaciones con familias que buscan dar el paso hacia la casa propia, profesionales que quieren invertir y jóvenes que sueñan con independizarse. Todos se encuentran con el mismo obstáculo. Aunque el dólar se mantiene relativamente estable y en algunos segmentos los precios resultan más accesibles, la compraventa de inmuebles sigue lejos de su verdadero potencial. La razón es evidente: sin créditos hipotecarios accesibles, el mercado no despega.

Hoy apenas un 10% de las operaciones se realizan con financiamiento. El resto depende de compradores que cuentan con el capital completo. Eso reduce de manera drástica el universo de personas que pueden acceder a una vivienda y deja afuera a la mayoría de las familias que sueñan con su primera casa.

La demanda está ahí, contenida. Jóvenes, parejas y profesionales que se acercan, preguntan, hacen cuentas... pero terminan postergando la decisión porque no existe una herramienta de financiamiento previsible. En países vecinos como Chile o Uruguay, más de la mitad de las compras se concretan con créditos hipotecarios. Ese motor no solo dinamiza al mercado inmobiliario, sino también a la construcción, el empleo y el consumo.

En Argentina, en cambio, la ausencia de hipotecas genera un mercado más chico, con menos escrituras, propiedades que tardan más en venderse y, sobre todo, un segmento joven directamente excluido de la posibilidad de acceso.

La recuperación sostenida del sector llegará de la mano de un sistema hipotecario accesible y confiable. El día que logremos reglas claras, inflación controlada y financiamiento a largo plazo, toda esa demanda contenida va a salir a comprar. Y ese movimiento será el verdadero impulso no solo de nuestro sector, sino de la economía en su conjunto.

Porque no se trata solo de ladrillos: se trata de devolverle a la clase media el sueño de la casa propia. Cuando eso suceda, la rueda completa de la economía volverá a girar con fuerza.



Esta nota habla de: