El arte de habitar: tres claves para evitar errores comunes en interiores

Antonella Elberg, jefa de interiorismo en Grupo 8.66, nos revela tres errores habituales que conviene evitar y cómo lograr espacios más auténticos y funcionales.

Elegir un mueble, iluminar un rincón o seguir una tendencia puede parecer simple. Pero si no lo hacés con una mirada integral, tu casa puede perder confort y personalidad. Antonella Elberg, jefa de interiorismo en Grupo 8.66, nos revela tres errores habituales que conviene evitar y cómo lograr espacios más auténticos y funcionales.

Diseñar un espacio es acompañar una forma de vivir. Por eso, cada elección que hacemos en una casa tiene impacto: en cómo nos movemos, cómo descansamos, cómo compartimos.

En estos últimos años notamos que ciertos errores se repiten más de lo que pensamos. Y no se trata de una falta de estilo, sino de pasar por alto una cuestión esencial: pensar cada espacio desde quienes lo van a habitar.

Les comparto tres situaciones que solemos ver con frecuencia y que pueden evitarse con algunas simples decisiones.

1. Muebles que no responden al espacio

Un sillón puede ser divino, pero si no respeta las proporciones del ambiente, se puede volver un problema. Muchas veces se elige por impulso, sin tener en cuenta las medidas reales que ocupa o cómo este mueble se inserta en el todo. Un espacio cómodo no necesita muchas piezas: necesita las adecuadas. El tamaño, la ubicación y la función de cada mueble hacen que el lugar se sienta bien. Antes de comprar, tomarse un momento para visualizar el ambiente completo puede cambiarlo todo.

2. Luces que no acompañan la vida cotidiana

La iluminación define el carácter de un espacio. Cuando hay una única fuente de luz en una habitación aparecen rincones apagados, sombras incómodas y el resultado es un ambiente poco versátil. En cambio, pensar la luz en distintas capas permite adaptarse a cada momento del día: una luz general para lo funcional, una puntual para tareas específicas y otra más suave que permita relajar y construir un ambiente más cálido. Incluir estas decisiones desde el principio nos permite que esa habitación tenga un mejor funcionamiento desde el primer día.

3. Seguir modas sin preguntarse para qué

Las redes están llenas de inspiración. Pero lo que vemos ahí no siempre se ajusta a nuestras rutinas o a nuestro estilo de vida. Copiar una tendencia sin hacer primero tu propio filtro de estilo personal puede dar como resultado un espacio lindo, pero que no refleje realmente tu forma de ser. Lo importante es que el diseño hable de vos, de tus hábitos, de lo que necesitás. Cuando las decisiones parten de ahí, cada ambiente se vuelve único.

La tarea final del interiorismo no es impresionar a las visitas. Se trata de diseñar espacios que te acompañen, logrando un balance entre estilo, función y personalidad.
Cuando el diseño está bien trabajado, cada espacio encuentra su propio equilibrio, y es ahí donde cada lugar empieza a sentirse como casa.

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