Arquitectura japonesa, una oda a la simplicidad y conexión con la naturaleza
En la arquitectura japonesa la naturaleza y la simplicidad marcan el ritmo. Particularmente por la búsqueda de la armonía y la integración con el entorno, el uso de materiales nacidos de la madre tierra y el protagonismo del espacio y la iluminación.
De hecho, la madera en diversas formas, ya sea papel, corteza de árboles o tablones es una de las vedettes de un estilo que tiene como objetivo integrar las construcciones con todo lo que lo rodea.
Por ejemplo, al incorporar elementos naturales, como rocas, piedras, agua y árboles busca pureza y simplicidad. Además, en contraposición con el exceso de adornos, la arquitectura japonesa es generalmente minimalista, una estética sencilla y funcional.
Otra de las características de la arquitectura japonesa es el valor que le da a la iluminación natural y la correcta distribución del espacio son claves en cada proyecto para dar vida a ambientes luminosos y fluidos.
Finalmente, la flexibilidad de estos espacios permite adaptar las áreas del interior de casas y edificios a usos distintos. Así, los tatamis y las paredes móviles ofrecen la chance de adecuar los ambientes a usos y necesidades diferentes.
Y, un dato no menor es la influencia de la religión en la arquitectura tradicional japonesa. Especialmente el budismo y el sintoísmo son las filosofías o corrientes que determinan la creación de espacios de tranquilidad y reflexión o meditación.
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La arquitectura japonesa en la actualidad
Actualmente, la arquitectura japonesa refleja la fuerte influencia de sus tradiciones más antiguas. Tanto casas como edificios muestran una clara dualidad.
Se pueden ver desde construcciones con madera, más antiguas, hasta edificios completamente vanguardistas que usan elementos y materiales de última generación. Sin embargo, en ambos la comunión con el entorno natural es la regla.
Estas características determinan el trabajo de los profesionales de la arquitectura japonesa, que siguen la línea de sencillez estructural, líneas rectas, limpias u orgánicas y una atención al detalle propia de un estilo único.
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Tres ejemplos de la arquitectura japonesa
Estadio Nacional de Tokio
En este nuevo estadio Nacional, el experimentado arquitecto Kengo Kuma se vale de la tradicional arquitectura japonesa a través de aleros con varias capas y una construcción que respeta el ambiente que la rodea y permite que el entorno térmico sea óptimo.
Ciertamente, el estadio se complementa con la vasta vegetación del Jardín Exterior del Santuario Meiji, ubicado en la capital japonesa ¿Cómo? La altura que utiliza Kuma es mínima y los aleros incorporan especies autóctonas que permiten que haya conexión visual entre el jardín y el edificio.
Edificio de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Artes de Osaka
La obra de la arquitecta contemporánea Kazuyo Sejima se compone de dos plantas o pisos, tres marquesinas de hormigón que muestran una ondulación sobre el suelo y un nivel por debajo de la tierra. Mientras que los espacios están separados por paneles de aluminio.
Se trata de una estructura de hormigón y acero inaugurada en 2018 que cuenta con una estructura de acero y hormigón armado con grandes vidrios o cristales. El objetivo de Sejima, con éxito, fue fundir el edificio con su entorno y transmitir una sensación de unidad entre el interior y el exterior.
Tenri Station Plaza CoFuFun
Oki Sato y su firma Nendo plantean un proyecto con una dimensión de 6000 metros cuadrados que busca fortalecer la interacción en la comunidad local.
Es por ello, que ofrece en su construcción zonas tiendas y una cafetería, un lugar para eventos sociales, espacios de ocio, puntos de información turística, zonas de juegos y reuniones.
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