Neuroarquitectura y acústica: cómo crear ambientes de trabajo y estudio saludables

En Área Tres te contamos todo sobre una disciplina que viene a redefinir prioridades y materiales para crear entornos que impulsen el bienestar, la productividad y la concentración

El vínculo entre la mente y su entorno es el foco de la neuroarquitectura, una disciplina que estudia la manera en que los espacios construidos afectan al cerebro y, como consecuencia, al estado de ánimo, a la salud y al rendimiento.

Por eso, en una época de lugares de trabajo híbridos y oficinas abiertas, destaca la importancia de uno de los factores ambientales cruciales y, frecuentemente subestimado: la acústica.

Además, pone de manifiesto la forma en que un ambiente ruidoso o con gestión sonora inadecuada es incómodo, molesto y, sobre todo, una fuente de estrés crónico y una "pared" que afecta la productividad.

El ruido no deseado obliga al cerebro a usar recursos cognitivos a filtrarlo, un obstáculo para la concentración y un factor que genera fatiga. A largo plazo tiene consecuencias en el ritmo circadiano y el bienestar. Es por eso que el diseño fonoabsorbente dejó de ser un lujo para convertirse en un una prioridad funcional.

Arquitectura colaborativa: qué es y cinco ejemplos innovadores

1. El impacto del sonido en el cerebro

Tres son los parámetros sobre los que se basa el diseño acústico:

  • Nivel de ruido de fondo o background noise: el grado persistente de sonidos en un ambiente (HVAC - calefacción, ventilación y aire acondicionado -, tráfico). Los estándares óptimos para la concentración están por debajo de 40 dB(A).

  • Tiempo de reverberación o reverberation time - T60: el periodo de tiempo que demora el sonido en decaer 60 dB. Un T60 alto en espacios de trabajo o estudio entorpece la inteligibilidad del habla y requiere de un esfuerzo mental extra.

  • Inteligibilidad del habla o speech intelligibility: se trata de la claridad en la conversación. Un buen diseño acústico apunta a disminuir la brecha en la que una charla es entendible y ayuda a crear "burbujas" de privacidad auditiva sin necesidad de paredes.

La neuroarquitectura utiliza esos parámetros para planear lugares que activen el sistema nervioso parasimpático (relajación) en vez del simpático (estrés), un guiño al rendimiento cognitivo.

El futuro es circular: micelio, impresión 3D y la innovación en los materiales para el diseño de interiores

2. Las claves del diseño fonoabsorbente para interiores

El quid del control acústico es la gestión estratégica del sonido, no su absorción total.

  • Materiales de alto rendimiento: las paredes y techos son las superficies de más amplitud e impacto. El uso de materiales con un alto Coeficiente de Reducción de Ruido (NRC) es lo más recomendable.

  • Paneles acústicos suspendidos (baffles y nubes): incorporar estos elementos en áreas de trabajo redirige la dirección del sonido. Algunos de los materiales más efectivos son el PET, la lana mineral o el micelio.

  • Diseño de soundscapes y enmascaramiento: el sound masking consiste en agregar un sonido de fondo uniforme, bajo y controlado, parecido al del aire acondicionado, que enmascara las conversaciones. De esta manera, el habla se hace ininteligible a distancias cortas, lo que preserva la privacidad sin necesidad de construir muros.

Oficinas sostenibles, una apuesta al bienestar y la motivación en los espacios de trabajo

3. El salto del modelo de planta abierta al diseño híbrido

Tras la pandemia, el esquema de planta abierta no ha dado los resultados deseados en lo acústico y cognitivo. Lo que lleva a la conclusión de que la solución puede estar en un diseño híbrido que equilibre concentración y colaboración.

  • Áreas de foco: ambientes con salas pequeñas o cabinas acústicas diseñadas con T60 muy bajos para labores que demandan alta concentración.

  • Áreas de colaboración: zonas abiertas diseñadas para que se reduzca la reverberación general para que las conversaciones grupales no se dispersen al resto del piso.

Feng Shui: cómo alcanzar el equilibrio y la armonía en el hogar

4. Una mirada local: innovación sostenible y acústica en Argentina

El empleo de estos principios es un hecho en los estratos corporativos y educativos del país. La necesidad de ambientes que le den valor al bienestar de las personas ha fomentado el desarrollo de soluciones locales que responden a los más altos estándares.

  • Materiales circulares y proyectos emblemáticos: los paneles fonoabsorbentes elaborados a partir de PET reciclados de botellas plásticas es uno de los avances más significativos, tanto en la obra pública como privada. Algunas empresas argentinas también utilizan la celulosa proyectada (fibras de papel reciclado) como un aislante termo-acústico de gran calidad. Así, se cumple con un objetivo triple: estética, menos huella ambiental y mejor acústica.

  • Ejemplos en oficinas y educación: son cada vez más las firmas de ingeniería que han concretado soluciones en coworkings y sedes corporativas en Buenos Aires, en la búsqueda de menos ruido de fondo para aumentar la concentración laboral.

  • El caso de Mendoza: la provincia cuyana inauguró en Godoy Cruz el primer Jardín Maternal sustentable, un edificio cuyas paredes están hechas de materiales reciclados de PET, lo que muestra el compromiso del Estado con el doble compromiso de la sustentabilidad y la educación.

Como conclusión, la aplicación de la neuroarquitectura en Argentina es una prueba de que este estilo se puede hacer realidad en proyectos concretos, redefiniendo la comodidad, aportando a la salud y al ambiente.

Esta nota habla de: