El futuro es circular: micelio, impresión 3D y la innovación en los materiales para el diseño de interiores
La industria de la construcción y el diseño está en una encrucijada: cruzar desde un modelo lineal de extracción y descarte a la economía circular. Se trata de una transición integral, que abraza el aspecto ético, el técnico e impulsa la creación de elementos de última generación que prometen alto rendimiento, estética vanguardista y, sobre todo, una huella de carbón mínima.
Actualmente, la innovación se abre en dos grandes ejes: la biofabricación, que usa organismos vivos para generar materiales, y el procesamiento avanzado, que se enfoca en convertir desechos o subproductos en superficies de alto valor.
La Revista Área Tres te invita a hacer un viaje para conocer más acerca de este tema: componentes, técnicas, tendencias y aplicaciones.
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1. La etapa de la biofabricación: cultivar el interior
El área más disruptiva consiste en la creación de materiales a partir de biomasa y sistemas biológicos.
Micelio, el material fúngico del futuro
Primero, el micelio es la red de raíces de los hongos y se ha transformado en una de las grandes promesas de la bioarquitectura. Se "cultiva" en base a residuos orgánicos agrícolas, como cáscaras, serrín y paja, y luego de pocos días forma una matriz densa y versátil biodegradable al cien por cien. Además es ligera e ignífuga.
Aspecto técnico: el micelio es un gran aislante térmico y acústico, de hecho, es mejor en algunos aspectos a espumas sintéticas.
Aplicaciones: se puede usar para revestimientos internos, paneles acústicos y bloques sustitutos de espumas de embalaje. Por otro lado, su capacidad de crecer en moldes permite la creación de diseños personalizados y orgánicos. Un ejemplo de ello es el Pabellón Creciente (The Growing Pavilion), un proyecto holandés que usa materiales de base biológica como micelio, cáñamo y madera.
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Biocemento y algas: la recuperación del océano
Los científicos indagan en la naturaleza para crear opciones que reemplacen al cemento tradicional, uno de los grandes emisores de CO2. En este punto, las microalgas son esenciales en la elaboración del biocemento a través de la técnica de biomineralización, emulando cómo se forman las conchas marinas.
Aspecto técnico: Este nuevo aglutinante posee la capacidad de capturar CO2 durante su fabricación y ofrece una mayor resistencia a la flexión que el hormigón convencional, además de ser significativamente más ligero.
Aplicaciones: en revestimientos y prefabricados de bajo peso. De igual modo, se utiliza la zostera o hierba marina como un aislante natural, sostenible y eficiente, testeado en la Casa Moderna de Algas (Modern Seaweed House), una residencia danesa de vacaciones revestida con cojines de algas marinas.
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2. Procesamiento avanzado: tecnología al servicio de la transformación
El segundo eje de innovación tiene como protagonista a la tecnología digital y los sistemas de reciclaje de alto rendimiento con la meta de dar una segunda vida a los desechos.
Impresión 3D y la personalización
La impresión 3D a gran escala se ha convertido en una verdadera revolución en la fabricación del mobiliario y los componentes de interiores. Al trabajar con una cantidad precisa de material, esta tecnología es inherentemente circular, ya que prácticamente no genera residuos.
Aspecto técnico: la impresión se vale de filamentos reciclados, como el PET (de botellas de plástico) o bioplásticos derivados del almidón de maíz (PLA). Así, es posible producir geometrías personalizadas, complejas y sin juntas, mejorando la cadena de suministro.
Aplicaciones: en mobiliario urbano impreso con residuos plásticos (como el proyecto Imprime tu Ciudad o Print Your City!), componentes estructurales modulares para interiores y lámparas de diseño paramétrico.
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El renacimiento del terrazo reciclado
Un clásico que vuelve es el terrazo, pero esta vez lo hace con conciencia ecológica. Algunas de las formas de alto rendimiento utilizan residuos industriales (restos de piedra, vidrio triturado y cenizas volantes) como agregados para fabricar superficies duraderas.
Aspecto técnico: estos elementos son más resistentes a la abrasión que el terrazo tradicional y su elaboración necesita menos energía que la extracción de nuevas canteras, lo que disminuye en gran medida la huella de carbono del producto final.
Aplicaciones: para suelos de alto tráfico, revestimientos verticales y encimeras, que combinan una estética vintage - futurista con durabilidad.