Tiempo de planificar: 7 claves a tener en cuenta antes de empezar a construir tu casa

Más verde, más espacio, más calma. Pero también más decisiones.

Por Santiago Peña Fiorda, arquitecto, Co-Founder & Creative Director de Experiencia DOGMA, primer estudio de arquitectura y urbanismo media-driven con metodología research-driven de Argentina.

Cuando se piensa en construir una casa, lo primero que imaginamos son planos, metros cuadrados y materiales. Sin embargo, para los estudios de arquitectura que abordan cada proyecto desde una perspectiva personalizada, lo esencial al comenzar no son los ladrillos, sino las personas.

Construir una casa en un nuevo lugar, country o barrio cerrado es, para muchas familias, el inicio de una nueva etapa de vida. Más verde, más espacio, más calma. Pero también más decisiones. Y muchas veces, esas decisiones se toman en el orden incorrecto. Desde hace años trabajo diseñando viviendas en countries y barrios privados, y si algo aprendí es que la mayoría de los problemas que aparecen en obra podrían haberse evitado si el proceso de diseño se hubiera pensado con más estrategia desde el principio.

Diseñar una casa es, ante todo, un ejercicio de escucha: traducir hábitos, deseos y rutinas en decisiones espaciales concretas. ¿A qué hora te levantás? ¿Tomás café en silencio mirando el jardín o desayunás rodeado de movimiento y chicos corriendo? Cada elección arquitectónica debería responder a una necesidad emocional o funcional. Y eso no puede improvisarse.

Estas son las siete claves que considero fundamentales antes de dar el primer paso hacia una obra:

1. Conocé el reglamento antes de imaginar tu casa ideal

El entusiasmo suele llevarnos directo al plano o la inspiración de Pinterest. Pero cada barrio tiene su propio reglamento urbanístico: retiros, alturas permitidas, materiales, superficie máxima edificable.

Diseñar sin conocer esas reglas es construir sobre una fantasía. Es preferible entender bien los límites antes de proyectar, para no frustrarse después.

2. Proyectá una vida, no un plano

¿Trabajás desde casa, tenés hijos, mascotas, te gusta recibir amigos o necesitás mucho silencio? Todo eso tiene impacto en el diseño. Una buena casa no impone un estilo de vida: se adapta al tuyo.

El peor error que veo una y otra vez es apurar la etapa de diseño, la ansiedad por presentar en el municipio o por empezar la obra termina generando dudas, cambios y replanteos costosos. Por eso, antes del lápiz, la charla. Antes del diseño, el deseo.

El primer paso es una conversación honesta, sin apuros, sobre cómo se quiere vivir. ¿Qué lugar ocupa el descanso? ¿Qué se celebra puertas adentro? ¿Qué se negocia? Ordenar los acuerdos familiares al principio evita las decisiones costosas al final. Las decisiones que más duelen en obra son las que se patearon durante el diseño.

3. Entendé el terreno como parte del diseño

La ubicación, la orientación, el entorno, los FOT y FOS, los retiros: todo esto condiciona lo que se puede y conviene hacer. Muchas veces, el terreno no limita, sino que sugiere. Leerlo bien puede abrir ideas que antes no estaban. Nuestro enfoque research-driven nos permite ordenar ese proceso paso a paso, guiando al cliente a tomar decisiones informadas y coherentes sobre su lote desde el inicio.

4. Más metros no significa mejor casa

No confundas metros con calidad. Hay una obsesión con el metraje que muchas veces termina generando casas sobredimensionadas, con espacios que no se usan o con costos difíciles de sostener. Lo importante es cómo se usa el espacio y qué valor le aporta a tu vida diaria.

5. Buscá identidad, no fórmula

Muchas casas en barrios cerrados terminan pareciéndose entre sí. Pero una vivienda con identidad tiene una narrativa clara: materiales coherentes, una idea espacial sólida, un vínculo con el entorno.

Una casa bien diseñada no solo mejora tu día a día: también se defiende mejor en el mercado. El diseño no es un gasto, es una estrategia de valorización. Una vivienda genérica compite por precio. Una vivienda diseñada compite por producto y deseo.

6 Hacé del presupuesto un aliado, no un enemigo

Tener claridad sobre el monto estimado a invertir permite tomar decisiones realistas. No se trata sólo de cuántos metros puedo construir, sino de qué calidad de experiencia quiero para habitar esos metros.

Una casa bien pensada desde lo económico es una casa que se disfruta desde el diseño y se construye sin sobresaltos.

7. Inspirate con las tendencias

En estos años, vemos una tendencia que llegó para quedarse: el lujo silencioso. Es una nueva forma de entender la calidad, desde la sobriedad, la elegancia y la experiencia sensorial. Colores tierra, materiales nobles, texturas naturales, iluminación cuidada. Ya no se trata de mostrar status, sino de diseñar bienestar. Y ese bienestar no se logra con exceso, sino con precisión.

En Experiencia DOGMA creemos que una casa bien pensada no es sólo un refugio: es una herramienta de vida. Por eso combinamos investigación, diseño y estrategia. Porque cuando proyectamos una casa, lo que realmente estamos diseñando es una forma de habitar el mundo, sin copiar fórmulas y con identidad propia.

Sobre Experiencia Dogma

Experiencia Dogma es un estudio de arquitectura especializado en el diseño de espacios y experiencias centradas en el usuario. Con un enfoque research-driven y una metodología de trabajo disruptiva, desarrollan propuestas a la vanguardia del mercado.

En un mundo saturado de estímulos, su diferencial no es solo saber diseñar espacios, sino captar y sostener la atención. Por eso, combinan sensibilidad estética con pensamiento estratégico, integrando análisis de datos, storytelling y contenido audiovisual para crear valor real a través del diseño.

Son el primer estudio de arquitectura media-driven, con la misión de convertirse en el hub de innovación para diseñadores de experiencias que buscan redefinir la nueva era de la arquitectura.

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